De la amistad y algo más

 

Para: Mi Vaqui, mi compañerita de locuras.

¿Recuerdas cuando en la adolescencia soñábamos con un mundo de libertad, de poder hacer lo que queramos sin mirar atrás? De ser grandes y tener nuestro propio dinero para no parar de viajar y que nuestro cabello vuele con el viento que nos roza al pasar.

Tener nuestro departamento y que sea el punto de encuentro de quien quiera unirse al momento.

Que pasen los años y disfrutar de nuestra locura, no dejar ni por un instante que llegue la cordura pues eso significaría madurez segura.

Bailar, amar, cantar, besar; hacer lo que queramos y que nos admiren sin cesar. Llorar, reir, gritar, pelear en todo momento sin descuidar nuestra hermandad.  

Disfrutar nuestra vida sin que nada nos pueda atar, limitarnos a ser las mejores  tías hasta que la vida nos quiera alertar de que es hora de empezar otro caminar, llegado ese momento de gemelos nos queríamos enamorar para salir a bailar todos los viernes después de cenar.

Al pasar el tiempo una boda doble nos iban a oficiar y viviríamos  todos por el mismo lugar, embarazadas al tiempo queríamos quedar para que nuestros hijos crezcan a la par.

Hoy es lo que recuerdo que soñábamos años atrás, no hablamos a diario ni nos frecuentamos pero cada que conversamos el vínculo sigue igual pasarán más años y nos querremos más.

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